Lunes, 30 de julio. Verano. Pleno verano, y currando.
Probablemente el mes de julio es el peor mes para el oficinista medio. Que envidia esos cuerpazos morenos que disfrutan de la playa desde junio.
El habitante de oficina no puede ni soñar con vacaciones durante los meses de junio y julio. Que manera de desperdiciar las mejores semanas de buen tiempo. Encerrado en la oficina, en vez de estar tomando cañas hasta las tantas.
Empiezas con el comienzo del verano, haciendo un esprint para terminar las declaraciones de Renta, porque siempre se quedan para el final. Y cuando apenas has terminado, comienza julio y piensas en los cuerpos tumbados al sol mientras te quedas en la oficina pelado de frío con el aire acondicionado, y preparando los modelos de IVA y Retenciones. Que Hacienda no perdona. Y además, se junta el Impuesto de Sociedades, el muy cabrón, para presentar antes del 25 de julio. Maldita seas, Agencia Tributaria.
Y mientras, sigues soñando con suaves paseos por la montaña y el aire fresco de la sierra. Y por si no te acordabas, también hay que ir al Registro Mercantil, a presentar la cuentas anuales (aquí el Registro, aquí las Cuentas, encantados de conocerse). Y todo eso en el mes de julio.
¡Como os envidio, profesores funcionarios!
Y aún queda gente que se pregunta porqué españa se cierra por vacaciones en agosto. Está bien claro, porque las oficinas están abiertas por obligación fiscal durante el mes de julio. Menudo desperdicio de horas de sol, con lo a gusto que estaríamos bañándonos en la piscina y echando unas partidas de ping-pong.
Y no sólo es que no aproveches el buen tiempo, es que encima no tienes tiempo ni para actualizar el blog, como se puede ver.
En resumen, lo que quiero decir son tres cosas. La primera, que CIERRO POR VACACIONES, que ya es hora, presentados todos los impuestos y Cuentas, con la mesa vacía y puesta al día, me tomo el mes de agosto de fiesta total.
La segunda, que conmigo, cierran las demás oficinas, los bancos se quedan a media plantilla, los bares y pequeños comercios cierran también, con el efecto dominó, panaderías, peluquerías, ultramarinos, y tantos más, les toca poner cerrojo. Por eso el país cierra en agosto, porque los oficinistas nos vamos de parranda, y hacemos cadena.
La tercera cosa que quiero decir es que desde hoy, estáis invitados a donde algunos ya sabéis, a comer paella a leña, pegaros un buen baño en la piscina, echar unas partidas de ping-pong, monopoly, risk, pocha, guiñote o lo que se tercie, dar patadas a un balón, tomar unas cervezas y hacer unas risas.
Lo dicho: hasta septiembre. Que os vaya bien.
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