24.10.06

En España hay agua para todos, pero no para todo



Muy interesante la entrevista, publicada en la revista Perfiles de la ONCE, que realizan a GUIDO SCHMIDT, Responsable de Agua de WWF/Adena.

Aunque, por mi parte, echo en falta que le pegue unos palos a las políticas urbanísticas del pelotazo y a la proliferación de campos de golf, al menos nos muestra quien tiene buena parte de culpa de la escasez de agua. En este caso, la agricultura, y los cultivos de regadío subvencionados. Ya está bien de campañas publicitarias tratando a los ciudadanos como unos desaprensivos malgastadores de agua. Señores políticos..., ustedes tienen la culpa de todo, como siempre.



“SI NO SOMOS CAPACES DE CONSERVAR NUESTROS ACUÍFEROS NO VAMOS A TENER AGUA PARA EL DESARROLLO, Y TENDREMOS QUE EMPEZAR A PAGAR MUCHO MÁS DE LO QUE REALMENTE DEBERÍAMOS PAGAR”

"UN AGRICULTOR EN EL BAJO GUADALQUIVIR PAGA AHORA MISMO UNA PESETA POR CINCO MIL LITROS DE AGUA, MIENTRAS QUE UNA PERSONA QUE VIVE EN SEVILLA PAGA MIL VECES MÁS POR LO MISMO"

"GASTAMOS MÁS AGUA EN REGAR EL OLIVAR Y EL VIÑEDO QUE EN EL CONSUMO DOMÉSTICO EN TODA ESPAÑA. OTRO PROBLEMA ES QUE SE SUBVENCIONAN MÁS LOS CULTIVOS DE REGADÍO QUE LOS DE SECANO"



Según Guido Schmidt, la solución al problema de la escasez de agua pasa por la concienciación ciudadana y por una gestión más eficiente de los recursos hídricos. El responsable de Agua de la organización ecologista WWF/Adena no es optimista de cara al futuro.

Consumimos más agua y estamos en una tendencia de cambio climático. “La tijera se abre, y vamos a tener que afrontar situaciones cada vez más difíciles”, explica preocupado el responsable de Agua de Adena, Guido Schmidt. Dice que el presupuesto que destina la administración para hacer frente a la escasez de agua es “insuficiente” y que los gobiernos “son conscientes de ello”. Adena considera que la restauración de ríos, la reconversión de presas y el ahorro de agua son cuestiones “de primer de nivel”.

¿En qué consiste realmente el problema del agua?

Es diferente según el punto de vista. Cada uno tiene una perspectiva de lo que es el problema del agua: para unos es que les falta agua, para otros es que no tienen toda el agua que quieren, y también está el debate sobre agua para todos o para todo. Agua para todos hay, pero para todo no. En España el problema es que se ha desatendido una buena parte de lo que debería ser la gestión del agua y se ha concentrado en la construcción y gestión de embalses. Eso no es una gestión integral del agua ni de los ríos. Y si no somos capaces de conservar nuestros acuíferos no vamos a tener agua para el desarrollo, y vamos a tener que empezar a pagar mucho más de lo que realmente deberíamos pagar.

¿Cuál es el primer paso que hay que dar para afrontar el problema del agua?

En España hay que dar dos pasos: lo primero es la concienciación de las personas sobre la importancia que tienen los ríos y sobre hacer un buen consumo del agua, y, lo segundo, hay que tomar decisiones políticas. No podemos echar la responsabilidad sólo a los usuarios, sino que hay que tomar decisiones políticas para hacer una mejor gestión, ahorrar agua, para impedir que haya pozos ilegales y que sus dueños cobren subvenciones y para evitar que se hagan más cultivos de regadíos. Muchas veces la persona que consume el agua no puede tomar esas decisiones, depende de las políticas que haya.

¿Existe en España la conciencia de que hay agua para todo?

Sí, sigue siendo la percepción de la gente, que además si falta agua pide que se ponga una desalinizadora y ya está solucionado el problema. Aunque una encuesta del CIS apuntaba para afrontar la sequía una mejor gestión y ahorro del agua en vez de la construcción de más embalses, lo que es un salto muy importante para dejar de pensar que con la tecnología y la construcción se solucionaba todo.

¿Cómo se puede cambiar ese pensamiento?

Habrá que pagar más por el agua y cambiar cosas que no son justas, porque un agricultor en el bajo Guadalquivir paga ahora mismo una peseta por cinco mil litros de agua, mientras que una persona que vive en la ciudad de Sevilla paga mil veces más por lo mismo. Ahí no hay relación y una de las cosas más importantes es aplicar las reglas de juego también a la agricultura, dejar de subvencionarlo todo y buscar alternativas de futuro al cultivo de regadío. Aparte, para las personas las campañas son útiles y buenas, y es importante implicarles y corresponsabilizarles de la conservación ambiental.

¿En qué se malgasta más el agua?

En la agricultura. Por ejemplo, en el año 2004 se produjeron excedentes en cuatro cultivos agrarios de regadío, y el gasto en agua de esos excedentes equivale a la cantidad que utilizan en su casa a lo largo de un año 16 millones de personas. Además, ahora gastamos más agua en regar el olivar y el viñedo que en el consumo doméstico en toda España. La agricultura es también muy ineficiente en el regadío, y otro problema es que se subvencionan más los cultivos de regadío que los de secano. El problema no lo tiene el agricultor, lo tienen las políticas agrarias porque favorecen los regadíos. Adena denunció en la Cumbre del Agua celebrada en Estocolmo la mala gestión que se hacía del agua en España, y sin embargo trabaja con el Ministerio de Medio Ambiente en el Plan Nacional de Restauración de Ríos.

¿Existe una especie de relación amor y odio entre administraciones y ONG?

Cada uno tiene su papel. La administración tiene la responsabilidad de gestionar y nosotros de denunciar y hacer propuestas de cómo se puede hacer mejor. El problema del agua muchas veces no es la mala gestión de las confederaciones hidrográficas, sino al conjunto de las políticas que impactan negativamente sobre el agua, por ejemplo la política urbanística.







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